16 agosto, 2010

CITAS Y RECORTES - 4

 

Un guerrero sabe que es sólo un hombre. Su único pesar es que su vida es tan corta que no le permite asir todas las cosas que quisiera. Pero, para él, eso no es un problema; es sólo una lástima.

Sentirse importante lo hace a uno pesado, torpe y banal. Para ser un guerrero se necesita ser liviano y fluido.

Cuando los seres humanos se ven como cam­pos de energía, parecen fibras de luz, como telara­ñas blancas, con hebras muy finas que circulan desde la cabeza hasta la punta de los pies. De ese modo, ante el ojo del vidente, un hombre aparece como un huevo de fibras que circulan. Y sus bra­zos y piernas son como cerdas luminosas que bro­tan en todas direcciones.

El vidente ve que cada hombre está en contac­to con todo lo que le rodea, pero no a través de sus manos, sino mediante un montón de largas fibras que brotan en todas direcciones desde el centro de su abdomen. Esas fibras unen al hombre con lo que le rodea; conservan su equilibrio; le dan esta­bilidad.

Cuando un guerrero aprende a ver, ve que un hombre, ya sea mendigo o rey, es un huevo luminoso, y no hay manera de cambiar nada; o mejor dicho, ¿qué podría cambiarse en ese huevo lumi­noso? ¿Qué?

Un guerrero nunca se preocupa de su miedo. En vez de eso, piensa en las maravillas de ver el flujo de la energía. El resto son adornos, adornos sin importancia.

(UNA REALIDAD APARTE)

 

DSCN3882

2 comentarios:

  1. Que maravilla.
    Que bien hace volver a leer todo esto.
    Ta lindo el barrio. Tranquilito.

    ResponderEliminar
  2. si si. es un recordatorio necesario para mí.
    el barrio está reetranki mirá...
    besosss

    ResponderEliminar