06 abril, 2018

Tramo 158.



"...
Los chamanes se enfrentan a las cosas de manera distinta ‑continuó don Juan‑. Como no tienen tiem­po que perder, se entregan totalmente a lo que está en­frente de ellos. Tu confusión es el resultado de tu falta de sobriedad. No tuviste la sobriedad de agradecerle de­bidamente a tu amigo. Eso nos pasa a todos. Nunca ex­presamos lo que sentimos, y cuando queremos hacerlo es demasiado tarde porque se nos ha acabado el tiempo. No es sólo a tu amigo al que se le acabó el tiempo. A ti también se te acabó. Le deberías haber dado las gracias profusamente en Arizona. El se tomó la molestia de lle­varte a todas partes, y lo comprendas o no, en la esta­ción de autobuses te dio lo mejor que tenía. Pero en el momento en que deberías haberle dado las gracias, esta­bas enojado con él, lo estabas juzgando, se había porta­do mal contigo, lo que fuera. Y entonces aplazaste verlo. En realidad, lo que aplazaste fue el darle las gracias. Ahora estás atorado con un fantasma en la cola. Nunca vas a poder pagarle lo que le debes..."




(el lado activo del infinito, carlos castaneda, 1999)



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